Corren tiempos de minimalismo por mi casa, intentando alejarme de cuatro largas décadas sufriendo el síndrome de Diógenes en sus más variadas vertientes, acumulando, con devoción, objetos variados, trofeos, papeles, fotos, cuadros, discos, cajas de cartón llenas y vacías, archivadores, libros, álbumes de cromos de fútbol, estanterías, vídeos, pósters, fascículos, cds, apuntes, revistas, ropa, etc, etc, etc.
Así que, como se puede intuir con el título de esta entrada, voy a proceder a vaciar mi trastero, dejando solo lo realmente necesario (que como bien sabéis, suele ser un 5% de todo lo que guardamos). Pero antes de deshacerme de (casi) todo, hay algunas cosas que están bien y que voy a exponer aquí por si da la casualidad de que a alguien le interesan.
1) El primer producto del escaparate (aquí poner música de “El precio justo” de Joaquín Prat) no podía ser otro que la bicicleta de la abuela (tatarabuela de Bruno, ojo al dato). Seguramente sobrepasando los 70 años de antigüedad, esta joya de la primera mitad de siglo XX ha vivido lo suyo. Con su bocina antigua y su sillín de cuero, haciéndole una pequeña restauración o puesta a punto sería ideal para pasear y presumir de bici por la ribera del Ebro o donde se tercie.
2) Esta colchoneta de espuma no sé de quién es, pero seguro que va bien para una situación de emergencia en la que se acumulan por sorpresa los comensales en unas fiestas del Pilar, por ejemplo.
3) Estanterías con sus piezas de anclaje a la pared. De melamina (3 baldas) o metálicas de color blanco (4 baldas). De la metálica también se ofrece una ya montada, con seis baldas de diferentes alturas.
4) Quesera. Todavía con el código de barras. Aunque huele ligeramente a queso, habrá contenido, como mucho, dos piezas en su dilatada existencia casi siempre en el ostracismo.
5) Bola del mundo, con luz. Y funciona.
6) 24 vasos, sin estrenar, perfectos para que vayan haciendo casa los futuribles.
7) La ínclita mesa con ruedas de la máquina de escribir, que aunque ya no sirva como soporte de tan nostálgico artilugio, podría valer hasta para mesa de cenar delante de la televisión.
8) Y para finalizar, el producto estrella: ¡bombona de butano vacía! Supongo que será un recambio proveniente de Pietas…
9) En un apartado personalizado, están:
- Nacho. Tengo una caja, dos archivadores y una carpeta con apuntes tuyos. Y 2 cajas de revistas del National Geographic.
- Dani. Ídem, o sea, apuntes, en cuatro cajas grandes.
¿Queréis conservar algo o me deshago (con pena, incluso aunque no sean cosas mías) de todo en el contenedor azul más próximo?
8 comentarios:
Ánimo Fer! Cuentas con todo mi apoyo moral en esta dura tarea. Por mi parte no tengo problema en que des pasaporte a lo mío, los apuntes sin escrúpulo ninguno, y las revistas con dolor de corazón, pero es que ya no sé dónde meter la cosas.
Una vez más me entero de chiripa de las novedades blogeras.
Ya me gustaría a mi vaciar mi trastero ya; pero en vez de eso, añadiré, si no los quiere nadie, los vasos para futuras reuniones multitudinarias.
La botella de butano la tendrías que llevar a alguna gasolinera que venda bombonas para que se la queden(por lo menos en Pietas funciona así la cosa).
Si no la quiere nadie, me apunto a la quesera y la bici de la abuela si rula igual la quiere Juanillo.
Confirmando lo que dice mi madre yo me apunto a la bici si nadie la quiere, estoy en plan bicicletero, compro 4 cosillas en el decath y la pongo a punto ¡!
¿Qué países tendrá la bola esa? Que maja. Cuando la tires al contenedor, el domingo estará en la ampliación que los manteros están haciendo al rastro oficial enfrente de casa -casi alcanza ya la estación de buses- y, por un módico precio, la podrás volver a comprar.
Las revistas tendrían su salida en los puestos de la Plaza San Francisco, el día del Señor, al lado de los vinilos, novelas de Marcial Lafuente Estefanía, sellos, monedas y comics. Dicho ésto, yo tiré al contenedor mas de cinco años de la revista Integral.
En fin. En mi casa ya no cabe nada más. (Menos mal que no tengo trastero). De hecho, debería seguir tu ejemplo.
Muchas gracias por el ofrecimiento y el esfuerzo fotográfico.
Nosotros nos quedamos (si nadie las necesita) con todas las estanterías metálicas, las montadas y las sin. Las que van sueltas ¿tienen tornillos para montar?.
Respecto a la colchoneta para casos de emergencia ¿qué medidas tiene plegada? ¿abulta mucho?.
Creemos que la bombona de butano se puede vender al butanero que pasa por el barrio.
Como veis en lugar de limpiar nuestro trastero vamos a seguir acumulando más cosas. Creemos que Diógenes duerme en él (de hecho le vendrá bien la colchoneta).
Desde luego esta family nunca deja de sorprenderme (como cuando los kayaks), yo que pensaba que iba a ir todo al Rastrillo o al contenedor, y casi coloco todos los productos...
Pues nada nada, viva el reciclaje.
Isa:
La colchoneta plegada mide en centímetros 80 de ancho x 62 de alto x 30 de grosor del colchón. ¿Que si abulta mucho? No sé decirte, demasiado relativo. A mí ahora sí, antes no.
La estantería metálica sí que va con tornillos.
No lo puse, pero tengo también para tirar unas estanterías que yo tenía destinadas a los cds, aunque también caben libros, dvds, etc.
Las medidas de estas estanterías son de 2 metros de largo (ahí es nada) por 14,5 centímetros de fondo. De estas tengo 10 baldas, en melamina negra.
Ya quedaremos un día y te llevas lo que quieras.
La quesera y los vasos los llevo un día de estos a casa de la madre. La bombona preguntaré en gasolinera, gracias por el consejo.
Visto el éxito, tengo aún más cosas: cojines, mi equipo hifi de música Sony (no recuerdo si funcinoa el cd y los cassettes, la aguja del vinilo seguro que está rota), hamacas de playa...
Ni que decirte que las hamacas de playa llevan mi nombre, así sin mirarlas, a no ser que las quiera Marta para el camping...
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