
Buscando un sitio para aparcar en Calatayud fuimos a dar, cosas de la vida, en el solar que han dejado tras tirar, entre otras, la casa que un día fue de la familia de Lolín. Estamos en una esquina de la plaza de España. Allí, en lo que debía ser el mismo centro de la ciudad, hay un recodo que pocos de fuera conocen y que si yo hubiese ido sola, no me habría ni parado. Nos encontramos en la calle de Gotor.

La ciudad aún conserva aquí un edificio que, a pesar del deterioro, deja traslucir una construcción fuerte que ha sido capaz de resistir al tiempo, siendo testigo -se nota-de innumerables acontecimientos históricos y sin duda con mejor suerte que el desaparecido palacio que, parece ser, había en el anexo Rincón de Gotor.
En esta calle, en esta casa, nació mamá/abuela Charo.
En qué habitación y condiciones o cuándo se fueron a Postigo Tenerías tendrá que contarlo ella. Yo me quedo con el alero, con la puerta y con la sensación de lo bonita que sería si estuviese cuidada.